Son 100 simbólicos metros de tubo de concreto los que resta colocar para echar a andar el acueducto que trasladará el agua de aquí a la termoeléctrica, pero la resistencia de los campesinos herederos de Zapata (literal, pues entre los opositores se encuentra el nieto del general revolucionario) no ha permitido que se concrete la obra.
En agosto pasado, los campesinos cumplieron cuatro años apostados a un lado del río para evitar que el acueducto transporte aproximadamente 560 litros de agua por segundo para enfriar las turbinas de la planta energética. Y apenas el 18 de octubre pasado las asambleas de Moyotepec y Tenextepango, dos de los ejidos con mayor producción agrícola y mayor dotación de agua, decidieron por unanimidad no retirar los amparos contra el acueducto. Otros ejidos que continúan en la lucha son Villa de Ayala, San Vicente las Piedras, Salitre y Ahuehueyo, entre otros.
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA) de Morelos, Puebla y Tlaxcala no cede. La siguiente semana inicia una jornada de información que culminará el 28 de noviembre. Se trata, explican, de hacer entender a más gente por qué la termoeléctrica no es un proyecto de desarrollo para los pueblos y la población en general
. Y, ante el riesgo de que la Guardia Nacional desaloje el plantón de Apatlaco, llaman a la población a estar atentos a cualquier acto represivo, solidarizarse y/o acudir a documentar cualquier violación de derechos humanos
.
Tomado de https://www.jornada.com.mx/2020/10/24/opinion/014o1pol
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