Por Jessica Davies
Después de 418 días de encarcelamiento
injusto, el base de apoyo zapatista fue liberado no como un triunfo del
Estado de Derecho, sino gracias a la presión solidaria proveniente de
individuos y organizaciones de todo el mundo.
México. El injusto
encarcelamiento del zapatista Francisco Sántiz terminó después de 418
días gracias a la presión internacional organizada por los movimientos
solidarios.
Por ellos, expresiones de alegría se
suceden en todas partes del mundo por la liberación del indígena Sántiz
López, conseguida después de 418 días de encierro por crímenes que él
nunca cometió.
La orden de liberación afirma que las
pruebas sobre su inocencia no fueron tomadas en cuenta, confirmando lo
que la Junta de Buen Gobierno de Oventic ya había dejado claro, que “su
único delito fue el de ser zapatista”. Al salir de la cárcel, el tzeltal
declaró: “Ahí vamos a seguir la lucha con el EZLN (Ejército Zapatista
de Liberación Nacional), a seguir el camino, vamos a ganar”.
Antecedentes
En el comunicado publicado el 24 de
enero de 2013, el subcomandante Marcos ofrece ejemplos de individuos que
son excluidos y perseguidos. Uno de ellos es “Francisco Sántiz López,
indígena zapatista, preso injustamente por las ‘fuerzas del orden’”. El
día anterior, Hermann Bellinghausen escribió en La Jornada que Francisco
“sigue preso sin motivo, y su caso congelado, más como rehén político
que reo”.
Francisco es originario de la comunidad
de Banavil, Tenejapa, en la región de los Altos, en el norte de Chiapas.
Es un campesino que tiene un puesto en el mercado local, casado, con
ocho hijos y 12 nietos. Ha sido base de apoyo y comprometido con los
zapatistas desde hace más de 20 años, desde antes del levantamiento del 1
de enero de 1994, y según la Junta de Buen Gobierno de Oventic, es “una
persona honesta que cumple con los cargos de la comunidad y de la
organización”.
El 4 de diciembre de 2011, Francisco
Sántiz López fue detenido y acusado de participar en un enfrentamiento
violento que ocurrió ese día en Banavil y dejó dos personas muertas. A
pesar de que muchos testigos afirmaron que él no estaba presente en el
lugar cuando se dio el enfrentamiento, sino que estaba a muchos
kilómetros de distancia -trabajando en su puesto de verduras y frutas en
la sede municipal de Tenejapa, lugar en donde lo detuvieron-, Francisco
fue encarcelado 418 días en el Centro Estatal para la Reinserción
Social de Sentenciados (CERSS) número cinco en San Cristóbal de Las
Casas.
El ataque armado fue organizado por un
grupo de priistas contra cuatro familias tzeltales simpatizantes de los
zapatistas, pero no zapatistas en sí. Durante los actos bélicos, uno de
los agresores fue asesinado y una de las víctimas, Alonso López Luna,
fue desaparecido y solamente se encontró su brazo, pero el caso quedó
sin investigar. Las cuatro familias indígenas fueron desplazadas y
siguen en pésimas condiciones de vivienda, lejos de su comunidad rural,
en las afueras de la ciudad
de San Cristóbal, mientras que los agresores
mantienen ocupadas a sus tierras.
El 22 de marzo de 2012 se retiraron los
cargos no comprobados contra Francisco de asesinato y asalto agravado, y
fue liberado. Sin embargo, justo cuando salía de la cárcel, fue
detenido de nuevo, esta vez debido a una acusación federal por portación
de arma de uso exclusivo del Ejército, Fuerza Armada y Aérea. A pesar
de que no había pruebas de que Francisco tuviera armas de fuego, fue
nuevamente encarcelado.
La Campaña por la liberación
A nivel local, nacional e internacional,
se difundió mucha información, cartas, peticiones y videos, y se
realizaron varias acciones, reuniones, foros, y manifestaciones
artísticas por la liberación de Francisco Sántiz López.
Muchas de las acciones también se
enfocaron en otro preso famoso, icónico e inocente, el profesor tzotzil
Alberto Patishtán Gómez, injustamente encarcelado desde julio de 2000, y
quien en 2002 fue condenado a 60 años de cárcel. Desde entonces, llegó a
ser bien conocido y altamente respetado por su trabajo a favor de los
derechos humanos de sus compañeros presos, por haber formado
organizaciones de presos dentro de las cárceles, como la Voz del Amate, y
por haber dirigido a los presos en huelga de hambre en demanda de sus
derechos y libertades.
“¡A tumbar las paredes del calabozo!”
Esta campaña mundial para tumbar los
muros de la cárcel y liberar a los dos prisioneros fue organizada y
coordinada por Movimiento por Justicia del Barrio de La Otra Campaña en
Nueva York. Ésta se dio en cuatro etapas: las primera y segunda semanas
de lucha global, en abril y junio de 2012; la carta pública exigiendo la
liberación inmediata de Francisco Sántiz López y Alberto Patishtán
Gómez, en junio del mismo año; y finalmente, la jornada “A 9 Meses: 9
Días de Acción Global para Tumbar las Paredes del Calabozo”, en agosto y
septiembre de 2012. Con mucha energía, el impulso continuó y a lo largo
de la campaña se organizaron más y más acciones y eventos. Entre los
video mensajes producidos estaban los del Movimiento de los Sin Tierra
(MST) de Brasil, y del Movimiento de Habitantes de Casas de Cartón de
Sudáfrica (Abahlali baseMjondolo).
La convocatoria a la campaña decía:
“Hemos visto con dolor, desde las acusaciones falsas hasta las
irregularidades jurídicas, todos los esfuerzos deshumanizadores del mal
gobierno en sus tres niveles y de sus dirigentes de todos los niveles…
Buscan borrar el rostro de nuestros compañeros para que cesen de ser
visibles. Buscan borrar la palabra de nuestros compañeros para que paren
de ser escuchados. Buscan borrar su libertad física para que no luchen
más. Porque es más fácil enterrar entre las paredes de un calabozo a un
cuerpo que no lleva cara, que no hace ruido, que no tiene vida.”
Pero nosotros seguimos escuchándolos
desde lejos, y sus dignos gritos, sus vidas imprescindibles, nos llaman a
que caminemos a su lado para que sean libres. Nos llaman a que unamos
nuestras fuerzas para tumbar las paredes que los encierran.”
Los convocantes, Movimiento por Justicia
del Barrio, también declaraban que “como una organización
mayoritariamente de migrantes mexicanos, hemos experimentado en carne
propia la inhumana realidad de los muros fronterizos y sociales que los
de arriba nos imponen. Hemos vivido y retado las muchas injusticias que
son como ladrillos en estos muros, pero también hemos vivido y visto que
de por si se pueden tumbar. En cuanto nos unamos todas y todos,
juntando nuestras fuerzas y organizándonos, éstos se volverán polvo. Así
que para nosotr@s la solidaridad y acción al nivel nacional e
internacional es de suma importancia. Unid@s y junt@s, ganaremos.”
Pronunciamientos de apoyo, “su lucha es nuestra lucha”
Varios escritores conocidos se sumaron a
la campaña “¡A tumbar las paredes del calabozo!” y escribieron cartas
de apoyo. El pensador y catedrático John Holloway envió una carta donde
reconocía que Patishtán y Sántiz: “están sufriendo por nosotros. Su
lucha es nuestra lucha.” La carta finalizaba diciendo que, ante la
destrucción constante del sistema, “hay gente como Alberto y Francisco
que dicen No, que no lo van a aceptar… Por eso todas las protestas, por
eso todas las cartas – porque nosotras y nosotros estamos con ellos en
la cárcel”.
Una carta de Raúl Zibechi, el escritor,
pensador y analista de Uruguay, presentó otra declaración sobre la
justicia de arriba, que persigue a los pobres cuando se organizan y
premia a los de arriba cuando se roban los bienes públicos. Zibechi
señaló que “Algún día nuestra justicia podrá juzgar a los de arriba; y
ese día los de arriba serán condenados a vivir de su trabajo, a cuidar
de los bienes comunes… Ese día, que no está lejos, recordaremos a los
hermanos Patishtán y Sántiz López como dos de los muchos parteros y
parteras que hicieron posible el nacimiento de un mundo nuevo.”
El luchador social peruano Hugo Blanco
comentó: “En México las cárceles no son para los narcotraficantes, sino
para indígenas que no han hecho nada malo, como Alberto Patishtán Gómez y
Francisco Sántiz López”. Para Blanco, el delito de los dos presos
políticos es luchar por un país “donde todos trabajen y todos vivan
tranquilamente, sin explotar a nadie ni ser explotados”.
Gustavo Esteva, escritor y activista de
Oaxaca, escribió que “mientras ellos sigan presos lo estamos todos: nos
aprisiona este sistema abominable de cuyas rejas no hemos sabido
librarnos”, Para el académico, solamente las autonomías nos permitirán
“salir del calabozo”.
A la par que se desarrollaba la última
fase de “A tumbar las paredes del calabozo”, el extraordinario
Movimiento por Justicia del Barrio también organizó la campaña mundial
“Eco Mundial en Apoyo a l@s Zapatistas”, de julio a noviembre de 2012.
Esta campaña llamó la atención en todo
el planeta hacia el caso de Francisco, porque uno de sus objetivos
principales fue exigir su libertad. Grupos y personas de 25 países
participaron en el la campaña “¡A Tumbar las Paredes del Calabozo!”, y
de 29 países en la campaña “Eco”, con contenido sobre la campaña
traducido a 11 idiomas.
El caso jurídico
El Centro de Derechos Humanos Fray
Bartolomé de Las Casas (Frayba) presentó un amparo indirecto en la corte
federal en favor de Francisco, el 25 de octubre de 2012, a causa de
“las graves violaciones al debido proceso” cometidas en su contra, y
exigiendo su liberación inmediata.
El Centro de Derechos Humanos señaló
claramente, y no por primera vez, que estaba convencido de que este caso
sirve como “ejemplo en el que el Estado mexicano utiliza el sistema de
justicia para criminalizar a las bases de apoyo zapatistas, como
consecuencia de su ejercicio del derecho a la libre determinación y
autonomía, con base en los Acuerdos de San Andrés, el Convenio 169 de la
OITb (Organización Internacional del Trabajo) y la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos indígenas”.
El 4 de diciembre de 2012, Francisco cumplió un año de prisión. La Jornada
informó que Alberto Patishtán dijo: “El compañero Francisco Sántiz
manda decir: ‘no me cansaré de pedir justicia’. Él es un ejemplo
importante de los delitos que se ‘imponen’ a los inocentes que están en
las cárceles de México”.
El amparo solicitado para la protección
de la justicia federal se concedió a Francisco el 3 de enero de 2012. El
10 de enero, el Frayba escribió: “Este Centro de Derechos Humanos
considera que el gobierno federal no tiene elementos para seguir
privando de la libertad a Francisco Sántiz López, base de apoyo del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.
Como resultado del amparo legal
concedido, se ordenó a un juez que determinara el estado legal de
Francisco. El 25 de enero de 2013, el Frayba informó que la orden había
sido emitida y que el caso debía resolverse dentro un plazo de 24 horas.
Esa misma noche, el preso político fue puesto en libertad. “Saben que
soy inocente”, dijo a la prensa mientras emprendía la vuelta con
familia. Su libertad se hizo posible por el aumento masivo de la
conciencia y aplicación de la presión debido a la organización de las
campañas internacionales, junto con un desafío a la base jurídica de su
encarcelamiento.
El significativo
Mientras que su liberación ofrece cierta
esperanza a los familiares, amigas y apoyadores de Alberto Patishtán
Gómez -quien ojalá sea liberado muy pronto también-, el encarcelamiento
injusto de Francisco Sántiz López y la fabricación de delitos en su
contra deben ser vistos como parte de la estrategia del gobierno en su
guerra de baja intensidad, que junto con una serie de constantes
agresiones directas, busca destruir la resistencia de las comunidades
zapatistas. “El único delito que tiene”, dijo la Junta, “es luchar por
su pueblo, por decir la verdad, por luchar por la verdadera Democracia,
Libertad y Justicia”.
En las palabras de la campaña “Eco
Mundial en Apoyo a l@s Zapatistas”, el “injusto encarcelamiento de
Francisco no es un caso aislado, sino que forma un parte de la guerra
continua del Estado mexicano en contra de las comunidades zapatistas,
una guerra que a través del acoso, los ataques y detenciones
arbitrarias, busca debilitar y aniquilar la resistencia y el proceso de
autonomía que las bases de apoyo zapatistas están llevando a cabo en
Chiapas”.
Su libertad se consigue durante un
momento de gran esperanza y posibilidades, y llega poco después del
“resurgimiento” zapatista el 21 de diciembre del 2012, el día de la
finalización del ciclo 13 del Baktun en el calendario maya, y el inicio
de la “nueva era” del ciclo 14. También llega en un momento en que el
nuevo gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Enrique
Peña Nieto se embarca en una nueva estrategia de contrainsurgencia,
basada en la propaganda, la desinformación y el engaño. Aquellos que se
preocupan por la democracia, la libertad, la justicia y ese otro mundo
posible por el que luchamos, no debemos bajar la vigilancia.
El Movimiento por Justicia del Barrio
dedica algunas palabras a la liberación de Sántiz: “Su resistencia y su
valentía han sido para nosotr@s una inspiración y una poderosísima razón
para seguir luchando. Las paredes que encerraron a nuestro hermano
Francisco no pudieron con la memoria. Con el tiempo, toda pared se
derrumba, pero la memoria de un pueblo que lucha con todo su ser por
unir su dignidad, nunca tendrá fin”.
Para el movimiento de migrantes, la
liberación de Sántiz no fue un triunfo del Estado de Derecho, sino “de
nuestras hermanas y hermanos zapatistas y de nuestros compañeros de buen
corazón en diferentes rincones del mundo”. El Movimiento festeja que
“juntas luchamos y logramos la liberación de nuestro hermano Francisco.”
CARTA DE JOHN HOLLOWAY
Al Movimiento por Justicia del Barrio, La Otra Campaña, Nueva York
¡Qué impresionante! Ola tras ola de
protesta por la liberación de Alberto Patishtán y Francisco Sántiz
López, carta tras carta llegando de cada parte del mundo. Resultado por
supuesto de la organización y determinación de los organizadores de las
semanas de lucha por su liberación, pero es algo mucho más que eso.
Reconocemos en Alberto y Francisco a nosotros, reconocemos que están
sufriendo por nosotros. Su lucha es nuestra lucha. Su lucha es la lucha
de todos los que soñamos todavía que pueda haber un futuro para la
humanidad, una vida digna. Su encarcelamiento es simplemente otra
manifestación de que el capitalismo no tiene lugar para la humanidad.
El sistema actual es una agresión
constante, una máquina de destrucción que busca destruir todo lo que no
se subordina a su lógica del dinero, todo lo que se opone a la lógica de
la ganancia. Pero no logra hacerlo porque hay gente como Alberto y
Francisco que dicen No, que no lo van a aceptar – Alberto y Francisco e
Inés y César y Juan y Ana y Julio y Sergio y Toño y Virginia y Hortensia
y Cecilia y Gustavo y Tom y Bill y Vittorio y Martha y Hans y Sabu y
Mariana y Silvia y Eric y Giuseppe y François, y, y, y, y, y millones y
millones y millones que no vamos a aceptar. Por eso todas las protestas,
por eso todas las cartas – porque nosotras y nosotros estamos con ellos
en la cárcel. Para que ellos respiren, para que ellos vivan, para que
nosotras y nosotros respiremos, vivamos, tenemos que tumbar las paredes
del calabozo. Tumbemos las paredes de los calabozos de Chiapas, los
calabozos del mundo, tumbemos el sistema-calabozo. John Holloway
CARTA DE RAÚL ZIBECHI
A los compañeros del Movimiento por Justicia del Barrio:
A la campaña de Lucha Mundial por la Libertad de Patishtán y Sántiz López:
“El color de las cárceles es la marca en el cuerpo del lugar que se ocupó en la historia”, dice la compañera Rita Laura Segato.
Los de arriba están criminalizando el
lugar que ocupan las gentes del color de la tierra. Esa es la justicia
del Estado, del mal gobierno. Una justicia que encarcela a los hijos de
la Pachamama, a los que la defienden y la cuidan, pero deja el libertad a
los que la destruyen para usarla como mercancía.
La campaña internacional por la libertad
de Patishtán y Sántiz López está mostrando las verdaderas razones por
las que están en prisión. Cuando los de abajo se ponen de pie, cuando
los pobres del mundo dicen su palabra y se organizan, son
sistemáticamente acusados de terroristas y violentos, y contra ellos se
ponen en marcha campañas de difamación y se les echan encima los
aparatos represivos.
Cuando los de arriba se roban los bienes
públicos, cuando los banqueros se apropian de los dineros y del trabajo
de todos, son premiados con cargos en los malos gobiernos y se usan los
dineros de los
Estados para salvar sus negocios sucios.
No son errores ni desviaciones, sino el
verdadero sentido de la justicia de los Estados: proteger a los de
arriba y condenar a los de abajo. En este mundo existen dos justicias:
la de los gobiernos y la de los pueblos. La primera la ejecutan señores
blancos y ricos protegidos por guardias armados, que se encierran en
palacios para tomar decisiones. La segunda es la justicia comunitaria
que toma sus decisiones en las asambleas de la gente común, que es la
gente del color de la tierra, donde todos y todas pueden debatir porque
no hacen falta abogados ni especialistas para distinguir el bien del
mal.
Son dos justicias para dos mundos
opuestos. Algún día nuestra justicia podrá juzgar a los de arriba; y ese
día los de arriba serán condenados a vivir de su trabajo, a cuidar de
los bienes comunes. Serán condenados a vivir como vivimos el 99% de los
seres humanos.
Ese día, que no está lejos, recordaremos
a los hermanos Patishtán y Sántiz López como dos de los muchos parteros
y parteras que hicieron posible el nacimiento de un mundo nuevo.
Raúl Zibechi
Montevideo
CARTA DE HUGO BLANCO
A las hermanas y hermanos de México y del mundo:
Ahora México se ha convertido en el país modelo para el país poderoso del norte.
Los Estados Unidos son el país más
consumidor de droga, son el país donde radican los grandes barones de la
droga. Son el país que envía los insumos químicos para la producción de
la cocaína. Son el principal país donde se lava el dinero. Son el país
de donde se envía armas a los narcotraficantes.
México sirve de laboratorio para la
falsamente llamada “guerra al narcotráfico”. Se ha movilizado al
ejército en esa guerra en la que mueren centenares de personas inocentes
que nada tienen que ver con el narcotráfico.
El sueño de los barones de la droga de
Estados Unidos es extender ese modelo por toda América Latina para así
aplastar a los pueblos y ganar mucho dinero.
En México las cárceles no son para los
narcotraficantes, sino para indígenas que no han hecho nada malo,
como Alberto Patishtán Gómez y Francisco Sántiz López.
¿Cuál fue el “delito” de ellos? Pensar
que México debe ser para todos los mexicanos, donde todos trabajen y
todos vivan tranquilamente, sin explotar a nadie ni ser explotados,
disfrutando de los frutos que nos da la tierra. Un país donde todos
puedan educarse, donde todos puedan atender su salud, donde no haya ni
millonarios ni mendigos. Un país donde todos se interesen por todos,
como en las comunidades indígenas. Un país que esté formado por
comunidades de comunidades, en el campo y en las ciudades. Donde no haya
quienes mandan y quienes obedecen, donde todos manden. Un país donde
todos sean profundamente solidarios, donde no sea necesario pisar en la
cabeza de otro para subir.
Pensaban así, y entendieron que no
debían conformarse con pensar, que debían colaborar para construir ese
país solidario que viviera en un mundo solidario.
Por eso Alberto adhirió a “la otra campaña” y Francisco fue base de apoyo del EZLN.
Por eso Alberto está 12 años preso y Francisco 6.
Hermanas y hermanos de México y de otros
países, con toda justicia piensan que eso debe acabar, que Alberto y
Francisco deben salir libres ¡YA!, por eso han convocado a la “Segunda
Semana de Lucha Mundial por la Libertad de Patishtán y Sántiz López: ¡A
Tumbar Las Paredes del Calabozo!”
Así como Alberto y Francisco no se
conformaron con pensar en un México nuevo en un mundo nuevo y trabajaron
para conseguirlo, nosotros no debemos conformarnos con desear su
libertad, debemos actuar para conseguirla participando en la campaña.
Hugo Blanco
Director de “Lucha Indígena” Perú
CARTA DE GUSTAVO ESTEVA
Al Movimiento por Justicia del Barrio, La Otra Campaña, Nueva York
Estimados compañeros:
Desde mi rincón oaxaqueño deseo sumar
todo el corazón, la esperanza y la energía a la Segunda
Semana de Lucha
Mundial ¡A tumbar las paredes del calabozo!
Ha llegado la hora de tumbar ese calabozo y todos los demás.
Alberto Pathistán lleva más de diez años
en una cárcel injusta. No podemos cerrar los ojos ante eso y alzarnos
de hombros, agregándolo a la larga lista de los presos políticos.
Tampoco podemos tranquilizarnos al pensar que Francisco Sántiz sólo ha
estado seis meses en prisión. La cárcel de estos dos compañeros tiene
que pesar sobre nosotros como si fuera nuestra propia cárcel. Porque en
verdad lo es. Mientras ellos sigan presos lo estamos todos: nos
aprisiona este sistema abominable de cuyas rejas no hemos sabido
librarnos.
Dice bien don Raúl Zibechi: dominan dos
justicias. Las leyes y los tribunales sirven para que unos puedan
ignorarlas y violarlas y para que otros, la mayoría, paremos en la
cárcel. Las leyes y los tribunales sirven para que Felipe Calderón y
Juan Sabines sigan impunemente ordenando asesinatos y otros crímenes y
para que luchadores sociales como Alberto y Francisco padezcan su
prisión.
Dice bien John Berger que si se viera
obligado a usar una sola palabra para describir el mundo de hoy usaría
la palabra prisión. Y sí: nuestra lucha, la lucha de todos los días,
todos los instantes, tiene que ser una lucha contra el régimen
capitalista y contra quienes lo administran desde el Estado. Tenemos que
romper ante todo las rejas que aún tenemos en la cabeza, las que llevan
a pensar que cambiando allá arriba algunas cositas o personas todo va a
arreglarse. Y luego tenemos que romper las cadenas que aún atan
nuestras manos y nuestros pies y nos impiden ponernos en marcha a la
conquista de nuestra autonomía en cada pedazo del mundo que nos toca
vivir. Sólo esas autonomías, afianzadas en cada lugar y enlazadas
solidariamente en todas partes, nos permitirán salir del calabozo.
Como nos dijeron hace tiempo los
zapatistas, estamos en la Cuarta Guerra Mundial. La lanzan contra
nosotros las corporaciones y los gobiernos de todo el mundo. Por eso
nuestra lucha no puede ser aislada. Por eso tenemos que decirles ¡Basta!
y hacerles ver que estamos firmes y seguimos decididos. Nada nos
detendrá.
Es admirable, compañeros, la solidaridad
que ya han logrado levantar en torno a Alberto y Francisco. Son ellos
modelo y símbolo para todos nosotros, como lo es la iniciativa que toman
desde ese modesto barrio al Este de Harlem.
Queremos estar ahí, con ustedes, quienes
aún hemos podido quedarnos en Oaxaca y desde aquí mantenemos la lucha
para tumbar las paredes de todos los calabozos que nos aprisionan.
Un abrazo solidario,
Gustavo Esteva
San Pablo Etla, Oaxaca.
Publicado el 04 de febrero de 2013 en desinformemonos.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario